Luis Romero a la entrada del Museo de La Albertine
Viena la que fuera la capital de uno de los imperios más poderosos del siglo XIX, alberga en sus barrocos edificios y palacios, importantes colecciones de arte.
Entre ellos, en un ala sur del Palacio Imperial, nos encontramos con el Museo ALBERTINA, que debe su nombre a Alberto de Sajonia en 1776. Entre la obra gráfica más destacada encontramos la “Liebre” de Alberto Durero, acuarela y guache sobre papel fechada en 1502.
Además los esbozos de Gustav Klimt para su “Friso de Beethovem” y los eróticos retratos de otro gran artista vienés: Egom Schiele. Además con carácter temporal, una exposición que desde Manet a Picasso, nos presenta las distintas vanguardias que entre estos dos pintores hubo.
También en el Palacio Belvedere superior, se encuentra la colección más importante de Klimt. Son 24 obras, entre las que se encuentra “El beso” su obra más famosa de 180 x 180 cm, que fue realizada entre 1908-1909. En ella se muestra a Klimt y su compañera Emilie Flöge como pareja.
Muchos de ustedes ya habrán disfrutado de los tesoros que la ciudad de Viena alberga, pero a todos los que no lo hayan hecho les animo a hacerlo.